En la esencia se encuentra el objetivo de nuestro trabajo y llegar a descubrirla es un apasionante camino.
El cuadro se acaba cuando el pintor, seguro, da la última pincelada.
Nunca se debe perder de vista la función para la que estamos creando un espacio, seguimos nuestras cabezas pero no olvidamos el corazón.
Nos sentimos afortunados de poder trabajar, gracias.